por Marcelo Silva Larregui
Será que la muerte del Gobernador de Río Negro, Carlos Soría, fué un accidente o será como aquel chiste del Padrino: "Que parezca un accidente".
Primero fue el Economista de La Campora y subsecretario de Comercio Exterior, Iván Heyn, que se mató en Montevideo, en medio de la Cumbre de Presidentes del Mercosur. Heyn, estaba practicando un juego sexual, denominado hipoxifilia, que trata de limitar la entrada de oxígeno al cerebro, mientras mantiene sexo o mientras se masturba y con ello, aumenta el placer. Cuando se practica en pareja, uno al otro le presiona en el cuello las arterias. En caso de encontrarse solo, se suele hacer un torniquete o presionar con un cinturón. Fue este caso.
Cuando el caso de Hay, todavía estaba en la etapa de pre-investigación, apareció el cuerpo del Cónsul Adjunto argentino en Yacuiba, Bolivia, Antonio Deimundo Escobar. En este caso, se ahorcó con una sábana en el piso superior del edificio donde también trabajaba. En los últimos días, se había manifestado algo depresivo, por algún tipo de problema familiar.
Y a las pocas horas de iniciado el 2012, y cuando todavía no salíamos del asombro, por la aparición de un cáncer de tiróides en la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, se encuentra con la muerte, el Gobernador de Río Negro, Carlos Soria.
Está todo muy raro, verdad? Muchas muertes, muchas sorpresas, muy raro, no?
Si seguimos así, no está lejos el momento en que el Frente para la Victoria tenga que repatriar a Julio César Cleto Cobos, para ocupar alguna vacante.
En este caso, no será como el título de uno de los libros: Que les pasó?, sino, Que nos está pasando?